Evolución de los gustos

 

¿Te has puesto a penar como han cambiado tus gustos en cuanto a la ficción a lo largo de tu vida? Como aquél primer gusto que se tuvo que te marcó de niño, ese producto que te produce nostalgia y te hace viajar en el tiempo, hasta el actual aunque posible efímero placer que nos deja esa obra madura que a certeza podemos decir “Me identifico” bueno, justo eso busca tomarse en esta entrada

Tal como hemos platicado, mucho de aquellos gustos que nos competen van arraigados al mero deseo o la identificación personal sobre lo que va más allá de la capacidad, pero no del imaginar como consciencia



Probablemente si lees esto seas un generación Z sin decirlo de forma despectiva, toda generación permanece y ascenderá, aún con los tabúes quieran ser impuestos a la mala sobre algunas, pero retomando el tema, ser perteneciente probablemente “Ben 10” “Billy y Mandy” “Backyardigans” “Lazy Town” vengan a ti una enormidad de recuerdos, de niños nos fascinaban estos universos y el como sobrepasaban sus límites con el tiempo y aunque siguen siendo buenas en retrospectiva incluso, no debe faltar el aspecto que hoy en día podemos ver como incoherente o poco creíble, que te haga decir ¿ Por qué me gustaba esto? Y creo aproximarme a una respuesta

 Así como en mi entrada “El personaje Favorito” el mero gusto y atracción hacia la sociología de por medio en los pasados trabajos de nuestra niñez, aplica nada más y nada menos que el deseo , la ilusión partida de ignorancia en nuestra juventud, esa esperanza y belleza que nos daba el imaginarnos como aquellos héroes, aquel ser fantástico estereotípico de la pantalla, por que es lo que un estudio previo sobre  los gustos de la masa les dicta, es ese atractivo el que volvió tan enbolbente nuestra pasión al regresar de la escuela y prender el televisor


Esto en bajo términos Nietzschenianos podría llamarse el estado  “camello” que procede de una dulce ignorancia y falta de cuestionamiento sobre lo que nos formula y rodea en nuestro existir, pero considero este tema para otra ocasión

La ignorancia a veces es felicidad, es innegable que ese argumento es plenamente válido cuando crecemos y nos damos cuenta de la felicidad que nos producía el no pensar más de lo normal dentro de los regímenes, es como con cada año y cada segundo de nuestra impermanencia, resultamos cambiantes, hoy en día nos componemos de profundidad e introspectiva al gozar de nuevas obras, con un ojo más allá de lo cinéfilo, si no de lo filosófico y personal


 Donde hoy presumimos de gustos más maduros y a su vez manteniendo ese amor por el antaño que algunos personajes y aventuras nos dejan ¿Por qué? Fácil, evolucionamos, seguimos siendo ese mismo niño que se enamoró de los Transformers que hoy en día goza de cine de arte, evolucionar no se trata de dejar a un lado aquello que nos forma, si no mejorarlo y adaptarlo al presente y un porvenir, un acto de voluntad pura, que surge automáticamente

Formulamos, inventamos y creamos nuevas perspectivas, cada segundo, embonando lo que amamos con lo que nos identifica, sea bueno o de una supuesta calidad, lo cierto es lo que nos marca en la niñez se queda para siempre, nunca se te llamará inmaduro o aferrado si a tus 30 años encuentras algo nuevo en aquél filme animado de la niñez, en términos evolutivos, se le puede llamar un innovador

Les dejo la evolución de un personaje que estoy seguro todos conocen  



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