MagnaniTruman
“Buenos días, buenas tardes y buenas noches” Notoriedad, falso flujo y evasión, una aparente conformidad con el entorno agobiante, tras la luz cálida de una mañana, donde del reflejo yace la duda, un hombre permanece ante el espejo, repitiendo el saber de su monotonía, repite quién es cuál máquina. Escatima en sobre pienso y procede a su rutina, dónde entonces saluda, como lo ordinario que existe de un gesto, no es sino la elocuencia entusiasta que despoja de su personalidad, es entonces la calma, la que genera la duda, que es pues el yugo de una realidad, que no le pertenece, y sin saberlo lo hace no solo su esclavo, sino que en una misma, The Truman Show. Estirpe de lo antididáctico , es la rutina lo envolvente, es lo que calla la libertad falsa que expone el entorno, le nubla toda voluntad de exceder el límite de lo común, es una prisión que enfatiza en converger como show que lo aprisiona, pero en el mundo, el mismo siendo el buscador de libertad, termina