MagnaniTruman
“Buenos días, buenas tardes y buenas noches” Notoriedad,
falso flujo y evasión, una aparente conformidad con el entorno agobiante, tras
la luz cálida de una mañana, donde del reflejo yace la duda, un hombre permanece
ante el espejo, repitiendo el saber de su monotonía, repite quién es cuál máquina.
Escatima en sobre pienso y procede a su rutina, dónde
entonces saluda, como lo ordinario que existe de un gesto, no es sino la
elocuencia entusiasta que despoja de su personalidad, es entonces la calma, la que
genera la duda, que es pues el yugo de una realidad, que no le pertenece, y sin
saberlo lo hace no solo su esclavo, sino que en una misma, The Truman Show.
Estirpe de lo antididáctico, es la rutina lo envolvente, es
lo que calla la libertad falsa que expone el entorno, le nubla toda voluntad de
exceder el límite de lo común, es una prisión que enfatiza en converger como
show que lo aprisiona, pero en el mundo, el mismo siendo el buscador de
libertad, termina por ser el único que no conoce su realidad.
Es en despecho de la duda la que emerge la ímpetu y el
interés de un progreso próspero de habitar un nuevo lugar, un paradigma que la
sociedad le niega, lo reprimen y le someten ante tal sueño, es la perfecta analogía
al sistema, que lejos de ser prisión personal, es la de todo ser.
Con astucia y alegoría, el estelar confirma al mundo, que el
pasado es historia, la travesía continúa, como con ello nacen enemigos,
rivales; que en anterioridad vestían máscaras de amigos, convierten su vida en
encontrarle, ya que ellos en su rutina, necesitan del eje de la monotonía para
existir, es Truman la vida. ¿No es sinónimo de deidad la idealización? Siendo
esclavo como rey del mundo que no se conoce, por qué en la duda existe el
benefactor de la ignorancia.
Como si bíblica fuera, comienza el escape, en las riendas de
los mares, sin control ni desesperanza, es la libertad la que llama, es
sinónimo de evolución, gran sigma y el proceso que la vida del prisionero
merece, como la de todo ser humano. Sorpresivamente, es el Ceo al habla, que
con sutiles palabras induce a la manipulación, a un nihilismo de perspectiva casi
pesimista como mal encarada. El habla cesa, el mar prevalece, una expectativa enervante
se acumula en el silencio de Truman, levantando la mirada, exclamando “En caso
de que no los vea, buenos días, buenas tardes y buenas noches…”
Fuerte como culminante,
de un diálogo precede filosofía, evolución, negación ante los regímenes,
las ataduras, la moral; solamente exclamando libertad, o mejor dicho en otras
palabras, magnanimidad.
Y él superhombre, salió de su caverna…
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